Ya perdí la cuenta de los días que han pasado en la
cuarentena, debido a la pandemia del coronavirus, la verdad he echado a un lado
un poco las noticias al respecto, son muy devastadoras, que saturan la mente y oscurecen el
espíritu. Esta pandemia no conoce de países desarrollados ni de tercer mundo,
no conoce color, religión, raza, ni posición económica, solo arrasa todo aquel
que puede tocar.
Honestamente dude en hacer este artículo, porque es un
tema que te deja un sabor amargo en la boca, sin embargo quiero abordar el tema
de una manera distinta, positiva, amena. Pero, comenzaré primeramente por la definición
de aislamiento social y así entender mejor de que estamos hablando.
Según Wikipedia el aislamiento social o “social withdrawal” como se dice en inglés, se presenta cuando una
persona se aleja totalmente de su entorno de manera involuntaria. Sin embargo,
con esta crisis mundial de la salud por el coronavirus, la sociedad se ha
tenido que aislar para poder vivir,
y los que no lo han hecho lamentablemente han sido contagiados y en
consecuencia muchos han fallecido.
Paradójicamente, hace solo unos meses, había personas que
se aislaban socialmente por factores internos como timidez excesiva, o factores
externos como que la sociedad lo excluía de alguna manera.
Otra forma de aislamiento, son aquellas personas que aun
cuando están rodeadas de muchas personas, siente una soledad profunda, por un
vacío inmenso que no han podido llenar, y esta también es otra razón para
aislarse socialmente.
Muchos han sido los estudios que hablan de las
consecuencias de vivir aislado socialmente, por ejemplo una investigación de la
Universidad Brigham Young (Utah, EEUU) muestra que la soledad y el aislamiento
social son una amenaza tan grande para la longevidad como la obesidad.
Ahora bien, nunca las personas se habían aislado
socialmente para poder vivir, dimos un giro de 180° a nuestra vida, ahora
permanecemos en casa y salimos estrictamente lo necesario.
Pero más allá de todo este aislamiento social, que para
unos será más fácil que para otros sobrellevarlos, debemos enfocarnos en lo
positivo, entre ellos el tiempo de compartir en familia, con los hijos, de
orar, de buscar de dios, de ser solidarios, es una lección bellísima que la vida y el creador
nos permite experimentar. Tiempo de revisarnos, de examinarnos, de encontrarnos con eso "Yo" interno que talvez hemos perdido, de limpiar
nuestra alma y corazón, ser mejores personas, mejores ciudadanos, que aunque ya
lo sabemos, muchas veces por el afán del día a día, nos olvidamos o nos falta
tiempo para esto.
Definitivamente pienso que luego que todo esto pase, nada
será lo mismo que antes, cambiaran muchas cosas como: la forma de pensar, algunos trabajos tradicionales y la forma de estudios darán un vuelco,
y sin ser demasiado extremista hasta la forma de saludar cambiará. Creo que soy
muy optimista, pero el cambio será para bien de todos.
Pero no necesariamente porque estemos aislados debemos desconectarnos
de la gente, hay muchas formas de mantenernos en contacto. En este punto, la profesora Julianne Holt-Lunstad en su video
publicado este 31 marzo para la Universidad Brigham Young (Utah, EEUU), nos
sugiere las formas de mantenerse socialmente conectados con otros, y están incluyen:
- Llamadas telefónicas
- Textos
- Correos Electrónicos
- Mensajes de video
- Mensajería a través de plataformas de redes sociales
- Jugar juegos digitales con amigos a través de aplicaciones
- Comience un club de libros en líneas con amigos
- Comience un grupo de ejercicios en línea con amigos
- Busque oportunidades de servicio en línea
- Escribir cartas
“No permitas que el aislamiento te arrope”, comparte con tu
familia, llámalos si estas lejos, juega con tus hijos, es el momento para
hacerlo, y la mejor manera de superar todo esto juntos.
Si te ha gustado, comenta o compártelo, así sabré a
cuantas personas les está sirviendo esta información!!!
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